A mi parecer estamos regidos desde siempre por políticas de gobierno, lo cual impacta negativamente en la certidumbre de los inversionistas, que son aquellos que financian grandes proyectos, los que por cierto, van en directo beneficio de todos los chilenos.
Quizás para nosotros es difícil poder distinguir cuando hablamos de una política de estado y otra de gobierno. En pocas palabras una políticas de Gobierno es aquella que independiente del color político se aplica pensando en el largo plazo, pensando específicamente en la estabilidad del país, me refiero al menos 10 o 20 años.
Actualmente y no sólo bajo el actual gobierno, cada dignatario que se ha sentado en la moneda, ha establecido sus propias reglas de interpretación, lo cual provoca un descontento desde el punto de vista empresarial y desde los proteccionistas.
No son pocas las voces que piden mayor estabilidad, y eso se logra a través de políticas de Estado, que sean claras y transparentes y con la mirada en el bien común de todos los chilenos a largo plazo y no sólo de un partido o bloque, que se vea beneficiado temporalmente por empresarios o proteccionistas y que por tanto en caso de sentir desventaja o vientos desfavorables, muevan toda la economía de un país por la fe ciega de ser gobierno.
Dentro de los beneficios que albergan las reglas claras, se cristaliza un aumento en la oferta laboral, aumentos en las arcas fiscales y por cierto cabe la posibilidad de aumentar el gasto en las necesidades de la población, que hoy en día clama seguridad. ¿Pero sin recursos es posible? Me parece que la respuesta la tenemos todos, sin recursos no se puede financiar absolutamente nada y es por eso que se hace indispensable establecer políticas de estado a largo plazo, no sólo pensando en la inversión extranjera, sino en temas tan vitales como la seguridad de todos y cada uno de los habitantes de chile que por hoy y según las estadísticas del INE “74,5% de las personas considera que la delincuencia ha aumentado en su comuna y un 50,8% en su barrio”.
Este tipo de problemas sólo traen inestabilidad y falta de gobernanza en un país que tiene una población de veinte millones de habitantes y que intenta surfear dentro de un mar de algo más de ocho billones de personas. Hoy más que nunca son necesarias las políticas de Estado.
Daniela Rojas Galáz