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Avances de los indicadores del ODS 6 en chile | Andrea Cataldo Cares

Estimada Comunidad Ecológica, de acuerdo a lo indicado por CEPAL en el Informe Regional del Foro Mundial del Agua 2018 “PROCESO REGIONAL DE LAS AMÉRICAS”, Latinoamérica concentra la mayor parte de los recursos hídricos mundiales, es decir, tenemos agua en abundancia. Sin embargo, una parte del caudal superficial proviene de cuencas transfronterizas, y, además, la distribución geográfica de las aguas no es homogénea. En Chile, por ejemplo, tenemos zonas sumamente áridas en el norte, y, en contrapartida, mayor abundancia hacia el sur. Sumado a estas dificultades, la DGA (al 25 de noviembre de 2021) informó que, dentro de las 346 comunas de Chile, el 53,2% de ellas, esto es, 184 comunas, tienen Decreto de Escasez Hídrica (21 decretos vigentes), resultando afectadas un aproximado de 1.415.349 personas de la población rural. Ya terminando el año, la misma DGA entrega cifras anuales con la cantidad de decretos emitidos, llegando a tener una marcada y alarmante diferencia entre la cantidad de decretos al año 2018 (12), 2019 (21), y el año 2021 (34).

¿Qué ha cambiado desde el año 2018? ¿Cómo avanzamos hacia garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos?

El ODS 6 nos entrega objetivos a cumplir para el año 2030 (Agenda 2030), que contemplan una visión integradora de los derechos humanos y el medio ambiente en seis indicadores, como garantizar el acceso agua potable, además de garantizar el acceso a servicios de saneamiento (6.1 y 6.2, respectivamente); mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación (6.3); aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores (6.4); implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza (6.5); y proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua (6.6).

De acuerdo a lo señalado por la OMS, Chile al año 2018 cumple con el tratamiento de sus aguas residuales de forma segura en un 72,5% (estimativo), siendo el único país en Latinoamérica que está sobre el 50% de cumplimiento. Chile, además, tiene entre un 91% a un 100% de cobertura de agua, según las indicaciones de CEPAL en su informe “Estado de avance de los indicadores del ODS 6: situación de América Latina y el Caribe” de marzo de 2020. No obstante, la región de Latinoamérica y el Caribe tiene, a nivel mundial, la menor implementación de sistemas de gestión integrada de los recursos hídricos. Con todo, en el mes de agosto del año 2021 se celebró la Semana Mundial del Agua en Estocolmo, y, en ella, se presentaron los informes que contienen las actualizaciones de progreso de los indicadores del ODS 6, con las cifras obtenidas de los países el año 2020. En este contexto, la región de Latinoamérica y el Caribe, contempla una tendencia a la baja en cuanto al uso eficiente de los recursos hídricos, manteniendo Chile sus niveles sin mostrar mejora. En relación al nivel de estrés hídrico (extracción de agua dulce en proporción a los recursos de agua dulce disponibles), la región también tiende a la baja, no obstante encontrarse dentro de los niveles óptimos. En cuanto a la proporción de cuencas hidrológicas, la región muestra un 22% de grandes cambios en la extensión del agua superficial, y Chile, dentro de ella, expresa un 34% de cambios en las proporciones de estas cuencas superficiales. Sin perjuicio de estos datos, Chile si ha podido avanzar en otros indicadores importantes, como en la implementación de la gestión integrada de los recursos hídricos y en materia de cuencas transfronterizas.

El informe entrega como conclusión que, para que los países logren cumplir con este objetivo de desarrollo sustentable, deben avanzar hacia el 2030 a un ritmo cuatro a seis veces mayor. Para lograr esto, los países tienen que acelerar y crear políticas que tengan que ver con la innovación en tecnologías que permitan un uso eficiente del agua, sistemas eficientes de distribución de agua, innovaciones tecnológicas que permitan una agricultura sostenible, y la reutilización de las aguas residuales. A nivel micro, promover, a través de campañas, la concienciación del uso o consumo del agua en los hogares, incluso de las propias empresas, ya que el agua tiene una elevada demanda debido a una mayor actividad económica y por el aumento de la población, especialmente en zonas que tienen problemas de acceso al agua. Es, por tanto, deber de los Estados crear sistemas de planificación, mejorar la cooperación transfronteriza en la gestión de las aguas, y reafirmar sus políticas de gobierno hacia el avance de sus compromisos, para lo cual tienen herramientas internacionales que pueden ayudar para acelerar sus cometidos, siempre que exista voluntad para ello.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, planteó una gran interrogante en su discurso de 8 de diciembre de 2021, relativo a la Promoción de los DESCA, “¿podemos rediseñar nuestras políticas y sistemas políticos y económicos para poner a las personas y al planeta encima de todo?” Independiente de la postura ideológica, coincido en que se puede y que es un imperativo alcanzar las metas comprometidas, con planes de cooperación internacional, para que no solo se pueda avanzar a un mayor respeto de los derechos humanos, sino también al medio ambiente, en miras a entregar a las siguientes generaciones un mejor futuro del que se proyectó hace unos años atrás.

Andrea Cataldo Cares

ALUMNA 2° AÑO MDA

* Las opiniones señaladas en este documento son de exclusiva responsabilidad del columnista y no representa la opinión de la universidad del desarrollo