NUEVAS PRÁCTICAS PARA LA SOBREVIVENCIA EMPRESARIAL: ESG
El interés de los inversionistas financieros y los stakeholders en los asuntos ambientales, sociales y de gobernanza (en inglés el acróstico ESG: Environmental Social Governance) ha aumentado en los últimos años, y las actuales crisis económicas, de salud pública y justicia social han intensificado este enfoque. La ESG es un medio por el cual las empresas son ser evaluadas respecto de los fines socialmente deseables.
Sus fundamentos surgieron de la filosofía de la sostenibilidad y la inversión socialmente responsable.
Los primeros esfuerzos se centraron en excluir a las empresas de las carteras de inversión por preocupaciones respecto de los riesgos ambientales, sociales o de gobernanza, mientras que recientemente ha seleccionado favorablemente a las empresas que están haciendo contribuciones positivas a los elementos del ESG, considerando en el tratamiento ambiental y prácticas sociales como los elementos centrales del plan estratégico.
La “E“ captura la eficiencia energética, la huella de carbono, las emisiones de gases de efecto invernadero, la deforestación, la biodiversidad, el cambio climático y la mitigación de la contaminación, la gestión de residuos y el uso del agua.
La “S” cubre los estándares laborales, remuneraciones y beneficios, diversidad en el lugar de trabajo y en el directorio, inclusión, equidad salarial, derechos humanos, gestión del talento, relaciones con la comunidad, privacidad y protección de datos, salud y seguridad, gestión de la cadena de suministro y problemas de justicia social.
La “G” cubre el gobierno de las categorías “E” y “S”: composición y estructura del directorio, supervisión y cumplimiento de la sostenibilidad estratégica, compensación ejecutiva, contribuciones políticas y lobby, soborno y corrupción. El presidente de BlackRock 1 uno de los principales fondos de inversión del mundo escribió a los gerentes de las empresas: “….. la sociedad exige que las empresas tengan un propósito social. Para prosperar con el tiempo, cada empresa no solo debe ofrecer un desempeño financiero, sino también mostrar cómo hace una contribución positiva a la sociedad. Las empresas deben beneficiar a todos sus stakeholders, incluidos los accionistas, empleados, clientes y las comunidades en las que operan.”
En tal sentido, las empresas tendrán que empezar a preguntarse: ¿qué papel jugaremos en la comunidad?¿Cómo gestionaremos nuestro impacto en el medio ambiente? ¿Estamos trabajando para crear una fuerza laboral diversa? ¿Nos estaremos adaptando al cambio tecnológico? ¿Estamos ofreciendo la capacitación y las oportunidades que nuestros trabajadores, empleados y nuestro negocio, necesitarán para adaptarse a un mundo cada vez más automatizado?
Los desafíos de la ESG son principalmente reputacionales, especialmente dados los recientes eventos sociales. La velocidad de propagación en las redes sociales de las acciones u omisiones de la ESG de una empresa, asumen un creciente riesgo de exposición que incluso pueden volverse virales. Las consecuencias para las empresas que no estén a la altura de las expectativas de la opinión pública y las demandas del mercado, pueden enfrentar consecuencias irreversibles para su reputación y sostenibilidad.
Teodoro Wigodski S.
Alumno 2º Año Magíster en Derecho Ambiental