EL MOSTRADOR, 3 de agosto 2017
Libros de actualidad en la crítica de Gonzalo Rojas Sánchez
El profesor de la Universidad del Desarrollo, Julio Alvear, después de casi 20 años de investigación, entrega esta obra magnífica, en versión impresa y digital.
Al cumplirse el centenario de las apariciones de Fátima, en plena Primera guerra mundial, cabe preguntarse: en 1917, ¿qué iba a caer del Cielo?
En mayo, el príncipe Lvov formaba en Rusia el nuevo Gabinete, incorporando a los mencheviques y a los social revolucionarios. En Europa, se iniciaba la batalla del Camino de las Damas y la Fuerza Expedicionaria Estadounidense llegaba a Francia.
En su primera aparición, el 13 de mayo de 1917, la Señora le preguntaba a los pastorcitos: “¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que El os quiera enviar, en reparación por los pecados con que El es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores? (…) Tendréis, pues, mucho que sufrir, pero la gracia de Dios será vuestra fortaleza.”
Al mes siguiente, en junio, tenía lugar el primer Congreso de los soviets de toda Rusia y se iniciaba la ofensiva rusa en el frente oriental. El 13 de junio afirmaba la Virgen: “Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. El quiere establecer en el mundo la devoción a mi inmaculado corazón. A quien la abrace le prometo la salvación; y serán amadas de Dios estas almas como flores puestas por mí para adornar su trono.”
En julio de 1917, ante el fracaso de la primera sublevación bolchevique, Lenin huía a Finlandia; Trostky era arrestado. Y en el Frente occidental se iniciaba la Tercera Batalla de Ypres. El día 13 de julio, en una nueva aparición afirmaba la Señora: “Sacrificaos por los pecadores.” “La Guerra va a acabar. Pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. (…) Los buenos serán martirizados, el Santo padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas. Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz.”
Ya en septiembre de 1917 los bolcheviques se hacían con el control del soviet de Petrogrado y se proclamaba la república. La Virgen insistía el día 13: “Continuad rezando el Rosario, para alcanzar el fin de la guerra. (…) Dios está contento con vuestros sacrificios.”
En los meses finales de 1917, Lenin volvía a Petrogrado, e impulsaba la toma del poder. El gobierno provisional de Kerenski era derribado. En Europa, se iniciaba la batalla de Caporetto y terminaba la del Camino de las Damas, donde los Aliados perdieron 350.000 mil hombres. Finalizaba también la Tercera Batalla de Ypres , con 500.000 muertos.
El 13 de octubre la Señora hacía una petición muy concreta: “Hagan aquí una capilla en mi honra; que soy la Señora del Rosario; que continúen rezando el Rosario todos los días. La guerra va a acabar y los soldados volverán dentro de poco tiempo a sus casas. (…) Es preciso que se enmienden; que pidan perdón por sus pecados. No ofendan más a Dios nuestro Señor, que está ya muy ofendido.”
El excelente libro de Julio Alvear sólo puede entenderse en este contexto: Guerra, revolución y lo que caía del Cielo.
Julio Alvear, Caerá desde el Cielo. A 100 años de Fátima: La historia jamás contada, Editor independiente, España, 2017, 228 páginas.
Gonzalo Rojas Sánchez. Profesor universitario