Publicada en La Tercera, el lunes 27 de marzo 2023.

SEÑOR DIRECTOR:

En la década de los años 40, don Hernán Santa Cruz asumió el rol de delegado chileno en la aún naciente Naciones Unidas, posición que le permitió participar activamente en la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), en donde destacó por su importante defensa de incluir en ella derechos económicos, sociales y culturales. Es gracias a su esfuerzo que dicha Declaración, fundamento sustantivo de todas las normas internacionales sobre derechos humanos actuales, contempla dentro de los derechos más básicos de la humanidad al derecho a la educación, a la vivienda, la asistencia médica y el derecho a todos aquellos aspectos que aseguren un nivel de vida adecuado.

Hoy, la materialización efectiva de los derechos sociales, económicos y culturales se ha convertido en un anhelo de la sociedad chilena y, por ello, se ha encomendado al proceso constituyente que idee un nuevo texto constitucional sobre la base del principio del Estado social de derecho, el que, dentro de sus pilares fundamentales, requiere de un reconocimiento robusto de estos derechos y de la obligación del Estado de proveerlos para, a través de ellos, alcanzar las condiciones necesarias para que una persona pueda vivir efectivamente en libertad.

Es por ello que debe llamar nuestra atención que, en el seno del Comisión Experta, algunos comisionados se hayan opuesto tajantemente a la idea de utilizar la Declaración Universal como el punto de partida para la construcción de las normas constitucionales. Esperamos que dicha negativa se deba a que los comisionados -que entregarán sus primeras normas este jueves- elevarán los estándares establecidos por dicha Declaración, y no a que, luego de 70 años, aún existan opositores al estándar universal en materia de derechos sociales, pues, de ser así, los anhelos por construir un Estado social de derecho se convertirán en mera «poesía constitucional».

Gaspar Jenkins Peña y Lillo Centro de Justicia Constitucional UDD-