Sergio Verdugo, Profesor Investigador del Centro de Justicia Constitucional, opina como experto en el programa de debate ciudadano organizado por ADN.
Una Convención Constitucional transparente, participativa y, sobre todo, confiable.
Este es el punto que el periodista Felipe Gerdtzen y la abogada Claudia Bobadilla analizaron en el tercer capítulo de Puente Social.
Este sábado, la conversación giró en torno al órgano que estará a cargo de la elaboración de una nueva Carta Fundamental, en el contexto de una situación política en el que la ciudadanía desconfía de sus autoridades.Por ejemplo, el investigador y profesor de Derecho de la Universidad del Desarrollo, Sergio Verdugo, planteó desde su experiencia constitucionalista que “lo importante es tratar de equilibrar dos grandes principios que tienen que estar presentes en la Convención”.“Primero, que estén las condiciones adecuadas para que haya una deliberación interna que permita llegar a acuerdos y encontrar espacios comunes, porque si eso no se logra, los 2/3 van a impedir que la Convención pueda aprobar una nueva Constitución.
Y el segundo, generar las condiciones para que haya una deliberación hacia afuera, que haga que la gente se sienta identificada con la Convención“, subrayó el académico.En esa línea, advirtió que “estos dos principios pueden estar en tensión, porque si uno tiene por ejemplo una confidencialidad completa, el primero se cumple, pero no el segundo.
Pero si uno tiene una transparencia y una participación completa, podemos caer en el peligro del asambleísmo y terminar con una muy mala Constitución al final del día.
Entonces necesitamos llegar con un equilibrio”.Sobre ese último punto, el asambleísmo, la presidenta del Consejo para la Transparencia, Gloria de la Fuente, explicó que hay un principio que está en la ley de transparencia que se llama “privilegio deliberativo“.“Básicamente hay ciertos espacios en la toma de decisiones de las autoridades, de los representantes, que tienen que estar cautelados y cuya información para la toma de decisiones está cautelada mientras el proceso ocurre.
En la práctica, si todo fuera abierto de principio a fin, probablemente el propio proceso deliberativo de los representantes, en este caso los convencionales constituyentes, se vería afectado”, puntualizó De la Fuente.Además, subrayó al inicio del debate —desde la perspectiva institucional— que “en la transparencia se juega la confianza también del proceso hacia adelante, eso es muy fundamental entenderlo porque van a ser los propios convencionales constituyentes los que harán un reglamento.
Entendiendo que también que transparencia no es sinónimo de exhibicionismo, por lo tanto, creo que hay cierto espacios donde tiene que haber una reserva de la información, pero al final todos debiéramos conocer los fundamentos de las decisiones que se toman ahí”.Con una mirada ciudadana, Sui-Gin Acevedo, activista comunitaria de Peñalolén, apuntó que “hay una necesidad de los ciudadanos, vecinos y vecinas de saber qué es lo que eligen o debaten sus autoridades.
Entonces con la experiencia que hemos tenido de transparentar el concejo municipal, es una primera cosa que sí o sí debería haber en esta Constitución, ya que hay muchos espacios donde la gente aún tiene desconocimiento de lo que deciden o debaten.
Le interesa saber a la gente si sus vivencias se ven reflejadas en la gente que eligió“.Consultada por una auditora sobre la confianza de la ciudadanía en las autoridades, planteó que “el desafío lo tienen en este minuto el Congreso para ver cómo se va a definir el tema de los independientes de la Constituyente.
Creo que la gente dejó de creer en las autoridades, los niveles de aprobación que tiene el gobierno y el poder legislativo son muy bajos.
Entonces un rol fundamental lo tiene el Congreso, sobre cómo va a permitir que los independientes puedan estar en lista y tengan las mismas condiciones de poder ganar, estar y ser parte de la Convención”.