La propuesta, anunciada por el Ejecutivo esta semana, entraría la próxima semana al Congreso.
Le veo muy poca posibilidad a que prospere (…) Además creo que es una reforma mal orientada», dijo esta mañana el ex presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, acerca de la propuesta del Ejecutivo para elevar el impuesto a quienes perciben ingresos desde los $4,5 millones.
Y es que este lunes el Gobierno anunció que llegó a un acuerdo con la DC para subir los impuestos personales a los tramos de ingresos superiores a $4,5 millones, dejando atrás el piso de $3,2 millones que se había planteado originalmente. La iniciativa, que ingresaría al Congreso la próxima semana, es resistida por varios especialistas, que indican que tiene «poco impacto» y que el énfasis debiera estar en aumentar la base de contribuyentes. Algunos, además, hacen hincapié en los eventuales efectos negativos que podría tener la norma.
Cada vez que se discute acerca de eventuales alzas de impuestos a las personas surge el mismo antecedente: En Chile solo el 25% de los trabajadores contribuye a las arcas fiscales, según la OCDE. Es precisamente la ampliación de ese tramo lo que ex autoridades y especialistas enfatizan a la hora de opinar acerca de la propuesta del Ejecutivo para elevar los gravámenes.
La brecha de recaudación que tenemos con la OCDE, señala el ex ministro de Hacienda, Ignacio Briones, en Emol TV, «está en las personas, porque tenemos una gran base exenta, 3 de cada cuatro personas no pagan. Y aquellas que pagan, los primeros tramos pagan prácticamente nada».
El otrora titular de la cartera recalca, en ese sentido, que hay que «proponer una hoja de ruta de rebaja de impuesto a las empresas» que se compense con impuestos a las personas. Esto, plantea, no de inmediato, sino que de manera gradual, aumentando los umbrales que definen los tramos que pagan impuestos un poco más rápido de lo que se hace hoy, a medida de que el país vaya creciendo.
Matías Pascuali, director del Centro de Derecho Regulatorio y Empresa de la Universidad del Desarrollo, también pone énfasis en lo que señala la ex autoridad. «Tenemos un tramo exento en que está la mayoría de la población, lo que genera que sólo un porcentaje muy bajo de los contribuyentes paga impuestos personales», puntualiza.
Asimismo, subraya que «es momento de revisar la forma como se determina la base imponible de los impuestos personales, como el Global Complementario, ya que se podría aplicar un alza de tramos a este tipo de rentas, pero debiera acompañarse con la posibilidad de deducir gastos de familia».
Cristóbal Pérez Jarpa, profesor de Derecho Tributario de la Universidad de los Andes coincide con su par. «El enfoque debiese estar, primero, en aumentar el universo de contribuyentes de impuesto a la renta», explica.
Agrega, también, que el proyecto «debiese enfocarse en reducir la informalidad, para que todos contribuyan».
El profesor Pérez, de la Universidad de los Andes, recalca que «el principal efecto buscado con la propuesta tiene un claro fin recaudatorio. Sin embargo, este puede verse mermado, ya que una parte de quienes se encuentran en dicho tramo que se vería afectado por el alza, son profesionales talentosos que pueden tender a buscar alternativas en otros países, debido al alza de la carga tributaria sobre la renta generada por su talento».
«Asimismo -agrega- podría eventualmente aumentar la informalidad, lo que en definitiva lograría el efecto exactamente opuesto al buscado».
Pascuali, de la Universidad del Desarrollo, en tanto, dice que con la propuesta «se afecta a un sector de la población que en general no es protegido por las medidas de Gobierno, pero que no son súper ricos y que, además, muchas veces son profesionales que tributan en segunda categoría de trabajadores dependientes, donde no existe ninguna posibilidad de planificar o deducir gastos».
Alejandro Weber, decano Economía y Gobierno de la USS, por su parte, pone un énfasis en la recaudación. «Es muy poca, no cubre ni el 10% de lo que el Gobierno espera recaudar con su reforma. Por el otro lado, habrá un efecto menor pero que debe contabilizarse en caída de consumo».
Por último, Claudio Bustos, abogado tributarista y socio de Bustos Tax & Legal, indica que «el nuevo protocolo de acuerdo de plan fiscal que se está proponiendo por parte del Gobierno y de algunos sectores políticos todavía adolece de un gran defecto, que todos hemos visto en este proyecto desde el principio, y que consiste en la ausencia de mecanismos de incentivo desde el punto de vista tributario para el crecimiento y la actividad económica».
Fuente: Emol