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Las provocaciones Crichton sobre la ciencia y el cambio climático

Wow, provocador es poco luego de leer las opiniones, análisis y conclusiones a las que llega el novelista de Jurassic Park. Y hago énfasis en esto último, porque no sé si recuerdan la peli de los años ’90 maravillosamente lograda por Steven Spielberg (yo tenía el VHS y la vi millones de veces, con mis hermanos; nos sabíamos hasta los diálogos), que más allá de la fantástica idea de traer a los dinosaurios a la pantalla, lo alucinante era toda la teoría que planteaba sobre la idea de que esto se construía a partir del hallazgo de un mosquito cristalizado en un ámbar del mesozoico y cuyo ADN podía ser replicado, o clonado, a partir de genomas de reptiles y/o anfibios de esta época  – ¿Una locura no? – , pero quizás no tanto si miramos que fue en el año 1996 cuando se dio a conocer el primer ejercicio de clonación con la famosa “oveja Dolly”, o sea absolutamente coherente con las discusiones que en el mundo científico se estaban dando por esos años; claramente a CRICHTON le encantaba la ciencia, y efectivamente luego de revisar algo de su bibliografía no sólo estudio Antropología, sino que Medicina y hasta tenía un Postítulo en estudios Biológicos, por tanto no sólo de fantasía se construían las novelas de este escritor. Quizás yo necesitaba conocer un poco más sobre su trayectoria para validar o entender sus reflexiones y referencias sobre el Eugenismo y el Lysenkoismo, muy interesantes por cierto, para concluir luego que la ciencia no debiera ser politizada toda vez que detrás de esa ciencia hay fuerzas que responden a agendas políticas, grupos de poder, o a ideas tan reprochables como pudo ser la “superioridad de una raza” por sobre otra. Y la verdad es que hasta ahí compartía las reflexiones, hasta que comparó (aunque él diga que no lo compara) con la teoría del “cambio climático”.

Evidentemente, había algo sobre la idea del cambio climático que le incomodaba, y me atrevería a decir que no es precisamente la falta de “investigación humilde, racional y sistemática” a la que alude al final de su “mensaje del autor”, o a las sensatas dudas que le generan los modelos de predicción climática, sino que a su sospecha de que los movimiento ecologistas y el desarrollo sostenible tienen  un “efecto de preservar privilegios económicos de occidente y constituyen, por tanto, el imperialismo moderno respecto al mundo en vías de desarrollo”, y fue esta conclusión la que me hizo recordar que justo en los años donde publicó su libro State of Fear, se discutía fuertemente el tema de la ratificación del Protocolo de Kioto, donde EEUU se manifestó en contra alegando que estas medidas solo suponían daños a su economía, e ideas como las de CRICHTON sobre el escepticismo de las conclusiones de la teoría del cambio climático salieron a la palestra. Lo anterior, era absolutamente irónico considerando que el país que aporta con mayores emisiones se opusiera a estos acuerdos globales, entonces dudo completamente de que CRICHTON no “tuviera agenda”. Ahora bien, puede ser que para el año 2004 la discusión sobre el análisis de datos, los modelos climáticos, y sus conclusiones, fueran sujeto de dudas, pero a 20 años de la publicación de su libro, y a más años incluso de los estudios que CRICHTON pudo haber leído para escribirlo, hoy la “teoría del Cambio Climático” dejó de ser una “teoría”, pues las evidencias del retroceso de los glaciares, la pérdida de biodiversidad, el avance de la desertificación, las sequias extremas, y el aumento de la temperatura es empírico. Según algunos estudios de Huella Ecológica, en particular de Global Footprint Network ha señalado que desde los años 70, la humanidad ha ido aumentando progresivamente su consumo de la naturaleza, sobrepasando la capacidad que tienen los ecosistemas en renovarse. Se ha señalado incluso que hemos consumido el equivalente a un planeta y medio de recursos naturales para abastecer nuestra economía. Y sobre justamente la economía es lo que apunta el cambio climático, por eso la incomodidad, por eso quizás la teoría de la conspiración de occidente parece una idea sabrosa para armar la ficción digna de CRICHTON.

La resistencia de una potencia como EEUU a alinearse con los desafíos de reducción de CO2, se entienden porque finalmente detrás de la reducción debe haber una profunda reflexión sobre cómo hacemos las cosas, de mirar procesos industriales, y en cambiar el paradigma de la economía que hasta ahora ha satisfecho necesidades con recursos que son finitos y que, quiéranlo o no, los ha convertido en potencia económica. En este sentido me pregunto, si la ciencia que respalda el cambio climático ¿tiene detrás los hilos conspiradores que CRICHTON intenta atribuirles a los grupos ecologistas?, a mí me parece que no, de hecho, trato de pensar en ¿qué grupo tan poderoso podría haber impulsado el cambio climático para sacar beneficio? No lo pillo, la verdad es que el único beneficio que veo es la propia humanidad, sin colores, religión, ni raza. La conservación y preservación de la naturaleza; los esfuerzos globales y las medidas de mitigación tildadas de “histéricas” por CRICHTON sólo puede beneficiarnos a nosotros mismos porque somos parte de ella, y la evidencia nos muestra lo necesario que es pisar el acelerador en esta materia. Y bueno, frente a la pregunta ¿deben separarse la ciencia de la política? No sé, pero si la debe desafiar, así como el cambio climático desafía día a día a nuestra manera de hacer economía.

Valeska Reyes Leal, ALUMNA 1° AÑO MDA