Los estudiantes buscan a través de estas iniciativas desarrollar la responsabilidad social desde una perspectiva vivencial. Aseguran que la experiencia ha sido enriquecedora.
“Con un diminuto granito de arena puedes aportar para que todo sea diferente”, así describe Claudia Muñoz Mella, alumna de 2° año de Derecho su pasó por Vive la Calle y Huella UDD, dos actividades impulsadas por la Universidad del Desarrollo que buscan acercar a los estudiantes con el mundo social.
Vive la Calle es un proyecto impulsado por Asuntos Estudiantiles en coordinación con el Hogar de Cristo, que tiene por objeto llevar comida, compañía y cariño a quienes más lo necesitan, mientras que Huella UDD es un voluntariado organizado por la Pastoral de la Universidad del Desarrollo.
Con modalidades distintas en su forma comparten, de manera absoluta, su fondo; ayudar al que más lo necesita. En el voluntariado asociado al Hogar de Cristo participan jóvenes de distintas carreras de la UDD, quienes dos sábados al mes recorren nuestra ciudad para compartir momentos de alegría con personas en situación de calle. Además, visitan las Hospederías de Adultos Jóvenes y Adultos Mayores de esta institución, con el fin de entregarles alimentos, realizar actividades y compartir con ellos.
Por su parte, Huella UDD este invierno se llevará a cabo en la localidad de Alerce, en la X Región entre el 13 y el 21 de julio, donde un grupo de alumnos de las sedes de Santiago y Concepción, recorrerán puerta a puerta la localidad, compartirán experiencias de vida y entregarán la palabra de Dios.
Claudia Muñoz, Matías Osses, Andrés Ogalde, Constanza Standen, Zoe Kuhn, Yessica Vega y Manuel Donoso, entre otros alumnos de la Facultad de Derecho forman parte del grupo de estudiantes que participan del voluntariado Vive la Calle y de Huella UDD.
Claudia Muñoz ha participado en ambas iniciativas y aseguró que “Huella ha cambiado mi vida y mi manera de ver las cosas, es la unión de misión y construcción, es la entrega en cuerpo y alma con la convicción de que puedes colaborar con pequeñas obras a lograr cambiar el mundo. Misionar es acercarte a Dios, ponerte en sus manos e intentar llegar a los corazones de la gente que visitamos, como también permitir que ellos entren a los nuestros”.
La alumna agregó que “Trabajar por Vive la Calle llena mi corazón de alegría, es entregar amor y dedicación donde la mayor muestra de gratitud es una sonrisa, un abrazo, un pequeño gesto de cariño”.