Claudia Hurtado Espinoza, Abogado UDD
«En muchos casos ellas son el sustento
familiar y nosotras como mujeres que
no nos hemos visto en esa necesidad
tenemos la obligación de trabajar para ellas».
Dejó la UDD
por el Sernam
Velar por la integridad de la mujer desde el punto de vista laboral, familiar y cultural es el objetivo que hoy le quita el sueño a la directora regional del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Claudia Hurtado Espinoza. Nacida en Concepción, es la mayor y única mujer de cuatro hermanos. Cursó sus estudios en los Sagrados Corazones y, según cuenta, allí pasó los mejores momentos de su vida.
Criada en una familia de clase media, agradece la formación dada por sus padres, Claudio y Nancy, y la gran confianza que sus hermanos depositan en ella. «De mi padre asumí la lealtad y la responsabilidad, de mi madre las ganas de trabajar. Con mis hermanos tengo una relación excelente».
Contra la voluntad de sus padres ingresó a estudiar Derecho a la U. del Desarrollo, por lo que tuvo que demostrar, sobre todo a su padre, que iba a ser igual o mejor profesional que los egresados de las universidades tradicionales. «Mi papá no quería que estudiara en la UDD, pero yo tenía la idea fija. Cuando le dije que quería estudiar allí casi me desheredó, por ningún motivo quería que estudiara en una privada. Mi mamá tuvo que interceder y en ese minuto me planteé el objetivo de demostrarle a mi papá que yo iba a ser la mejor y así fue».
Antes de que egresara le ofrecieron un puesto administrativo en la UDD y luego como docente, por lo que nunca tuvo que buscar ni postular a un trabajo. «Tengo que reconocer que todos los trabajos me han llegado y en realidad he estado toda mi vida en la universidad. Me casé, tuve hijos y crecí profesionalmente haciendo clases».
«Me llamaron de distintas partes para pedirme el currículum. El Jueves Santo me citaron a una reunión a la Intendencia y en algún minuto me dije que por nada, excepto el Sernam, me iría de la universidad».
Su marido, José Miguel Ibazeta, le entregó su apoyo incondicional. Desde que asumió se las ha arreglado para no aminorar su rol de madre «Mis hijas Trinidad (6), Consuelo (4) e Isabel Margarita (1), son lo más importante y mi tiempo con ellas es sagrado y no lo transo por nada. Mi marido me ayuda muchísimo, al igual que mis padres».
(Fuente Diario El Sur)