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Lecciones para Chile: la ruta de las asambleas constituyentes en el mundo, Sergio verdugo es entrevistado como experto.

Entrevista realizada por The Clinic, publicada el 23 de septiembre.

En los últimos 70 años, se han conformado alrededor de 25 asambleas para redactar constituciones en 19 países. Especialistas en derecho y política constitucional analizan seis de ellas, buscando qué rescatar y no con miras a un eventual proceso constituyente en Chile.

COLOMBIA (1990-1991): POLÍTICA DE ACUERDOS

Se realizó en un escenario marcado por la corrupción y violencia política, a partir de la campaña ciudadana “Séptima Papeleta”, donde los ciudadanos depositaron una papeleta extra en las urnas en las elecciones municipales y legislativas de 1990 para demandar la convocatoria a una asamblea constituyente. 

LO DESTACABLE: “El caso colombiano fue llevado a través de acuerdos políticos impulsados por el expresidente César Gaviria y parte importante de la oposición. Fue exitoso políticamente, porque las dinámicas políticas internas y la lógica de negociación permitieron que la asamblea constituyente pudiera dictar una Constitución en sólo unos meses”, explica el abogado y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad del Desarrollo, Sergio Verdugo.

DIFICULTAD: “El proceso nació sin límites. Comenzó sin respetar el derecho, con el movimiento de la ‘Séptima Papeleta’ que tuvo que ser reconocido después porque la legalidad no contemplaba la asamblea constituyente como un mecanismo para cambiar la Constitución”, señala Verdugo.

SUDÁFRICA (1996): PROCESO NEGOCIADO

Fue parte del proceso de transición a la democracia luego de que el país viviera más de cuatro décadas bajo el sistema de segregación racial conocido como apartheid. Ocurrió en medio de la presión internacional, las acciones de fuerzas revolucionarias y movimientos democráticos de otros países africanos.

LO DESTACABLE: “Lo positivo fue que, a pesar de que se encontraban en un momento muy complejo de negociación, se logró articular e incluir a la élite y que aceptara la implementación de un proceso constituyente”, dice la abogada y doctora en Ciencia Política, María Cristina Escudero.

DIFICULTAD: “Lo complicado fue que el proceso tuvo muchas limitaciones en la práctica. En un momento, sólo la élite blanca puso las reglas del juego y eso contuvo el proceso constituyente al comienzo, pero finalmente sirvió al propósito que se requería, que era dar inicio a una nueva etapa de entendimiento de los sudafricanos”, explica.

VENEZUELA (1999): DOMINIO DEL GOBIERNO

El proceso duró cuatro meses y estuvo marcado por protestas y movilizaciones populares de distintos sectores de la sociedad que expresaban su descontento con la corrupción política y la crisis económica de los 90. El expresidente Hugo Chávez recogió durante su campaña ese descontento y prometió impulsar una asamblea constituyente.

LO DESTACABLE: “A pesar de sus problemas, fue elegida democráticamente y la convocatoria ciudadana fue alta. Como Chávez era un líder muy carismático, la gente estaba atraída por ir a votar, entonces hubo bastante participación en el plebiscito para votar por la asamblea”, dice el abogado y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Diego Portales, Javier Couso.

DIFICULTAD: “Su problema es que no había un árbitro, un mecanismo de solución de controversias acerca de las reglas del juego en la asamblea constituyente. Eso dio paso a que la convención fuera dominada principalmente por el gobierno de Chávez y su partido y, en consecuencia, el poder se radicó en ellos”, afirma.

BOLIVIA (2005-2009): CONSTANTE TENSIÓN 

Se inició a partir de manifestaciones populares masivas de pueblos indígenas y sectores sociales urbanos y rurales contrarios al empobrecimiento del país y a la clase política. En esa línea, el expresidente Evo Morales hizo campaña para convocar a una asamblea constituyente que refundara el Estado boliviano.

LO DESTACABLE: “Tuvo altas tasas de participación ciudadana como elemento positivo y trató temas relevantes para población y los sectores excluidos”, señala el doctor en Ciencia Política y profesor de la U. Diego Portales, Claudio Fuentes.

DIFICULTAD: “El problema fue que la oposición y el gobierno estaban en una constante tensión, lo que generó muchísimo retraso en la Constitución. Se debatió mucho el reglamento interno de la convención y eso refleja la importancia de ponerse de acuerdo antes para definir bien las reglas y los contornos que va a tener la convención”, explica Fuentes.

ECUADOR (2007-2008): FALTA DE REPRESENTACIÓN

Este proceso comienza a partir de la promesa del expresidente Rafael Correa de liderar una reforma política que concluyera con una nueva asamblea constituyente. El país venía de atravesar por una crisis institucional y económica; frente a la cual movimientos indígenas, urbanos y de clase media se habían organizado para ser considerados políticamente. 

LO DESTACABLE: “Recoge el problema en el que estaba involucrado el país respecto a los pueblos indígenas y el estado plurinacional y se hace cargo de eso. También es abierta a la ciudadanía al ser validada por una mayoría a través de mecanismos de participación”, explica María Cristina Escudero.

DIFICULTAD: “La asamblea constituyente está demasiado dominada por un solo sector y ése es su lado negativo, porque se vuelve excluyente de otros sectores de la ciudadanía que la critican. Los procesos constituyentes deben tratar de reflejar la realidad en las proporciones correctas en cuanto a niveles de representación”, concluye.

ISLANDIA (2008-2012): UN INTENTO EN PAUSA

En 2008 el colapso del sistema bancario provocó una crisis financiera que llevó a una deslegitimación del sistema político. Como respuesta, miles de islandeses salieron a la calle para exigir una nueva Constitución. El proceso se inició, se formó una asamblea constituyente, pero todo se encuentra paralizado desde fines del 2012, pues no se ha logrado la ratificación del nuevo texto constitucional en el Parlamento. 

LO DESTACABLE: “Es un ejemplo en el sentido que hubo una enorme participación ciudadana que no estuvo bajo el control de los partidos políticos”, afirma el abogado y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Adolfo Ibáñez, Samuel Tschorne. 

DIFICULTADES: “Muestra los peligros de una Constitución realizada de ese modo, porque a quienes les toca implementar ese texto constitucional es inevitablemente a los órganos de representación donde predominan los partidos. Si ellos no tienen ninguna vinculación a ese proyecto, no harán nada por ejecutarlo”, explica.