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La experiencia del intercambio de alumnos de Derecho UDD

Catalina Tapia y Tomás Basso viajaron a Santiago de Compostela para cursar ramos de Derecho. Durante seis meses aprendieron, estudiaron y conocieron más de lo que imaginaron.

Hace más de un año, dos alumnos de la Facultad de Derecho UDD iniciaron una travesía que les cambió sus vidas. Cuando Catalina Tapia y Tomás Basso cursaban el tercer año de la carrera, se entusiasmaron con una invitación del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad: hacer un semestre fuera de Chile.

Entre los distintos países a los que pudieron optar, eligieron la Universidad de Santiago Compostela de España. Si bien tuvieron que realizar una serie de trámites, en enero de este año lograron embarcarse.

“Te tienen que aceptar de las dos Universidades, hay que hacer harto papeleo, cartas de aceptación, después los trámites de la visa de estudiante. Todo es muy burocrático” nos cuenta Catalina, sin pensar que estaban perseverando para vivir una experiencia que iba a marcar sus vidas.

El 28 de enero se iniciaron sus clases en España, cursaron los mismo ramos: Historia y Ciencia de la argumentación Jurídica (filosofía del Derecho) y Propiedad Intelectual. Tenían clases 3 veces a la semana, lo que les daba tiempo para recorrer y conocer.

“Es una ciudad chica, las facultades estaban repartidas por toda la ciudad lo que te permitía recórrerla por completo a pie. En Santiago de Compostela viven sólo estudiantes, los fines de semana nos quedábamos solos porque nuestros compañeros que eran españoles se iban a la casa de sus familiares, así que el Centro de Alumnos de Intercambio de la Universidad organizaba distintos paseos, fiestas, comidas”, nos cuenta Tomás, quien afirma que fue una gran oportunidad para conocer muchos lugares y personas.

Tuvieron compañeros de todas partes de mundo, muchos mexicanos, italianos, rumanos, argentinos, “lo que menos conocimos fueron españoles”, afirma Catalina. “Y lo que más destaco son los amigos que hice y el nivel de contacto que generé, uno nunca sabe la vueltas de la vida”, agregó.

Vivieron solos en un departamento amoblado que arrendaron en conjunto, tuvieron que aprender a lidiar con temas cotidianos: cocinar, limpiar, lavar, planchar, ordenar y, sobretodo, aprender a vivir solos y a convivir.  Según Tomás, “aprendes a planificarte, administrar, te ordenas en todo sentido y también uno aprende a valorar muchas cosas cuando estás lejos de la casa de uno”.

377168_10151363514742721_2056283196_nCuatro meses más tarde, cuando ya terminaron sus ramos, viajaron por distintos países de Europa entre ellos: Marruecos, Portugal, Grecia, Holanda y Bélgica, casi dos meses y medio viajando, aprovecharon los bajos costos que significa trasladarse de un país a otro en Europa.

Llegaron a Chile el 25 de julio, para retomar sus clases y vida normal en la UDD. Al recordar este viaje afirman que esto fue como “un intercambio de vida en el que se aprenden muchas cosas”.

Ambos coinciden que existen muchas diferencias entre ambas Universidades, las cátedras sin asistencia obligatoria, no hay prue
57957_10151529436784885_642854991_n¿Repetirían esta experiencia?bas, sólo un examen que equivale al 100%, “lo que te obliga a aprender a vivir una libertad muy distinta a la nuestra”, comenta Catalina.

“Si, la repetiríamos y la recomendamos”. Ambos confiesan que lo que vivieron los hace personas más independientes, autosuficientes y con un modo de ver la vida más amplia. Aprendieron mucho más que ramos del Derecho, conocieron personas de todas partes del mundo, culturas y comidas. Traspasaros más fronteras de las que imaginaron.

“Este fue el minuto, teníamos la edad y las ganas de hacer esto”, sentencia Tomás.